Qué pasará con las empresas que más han ganado por la guerra en Ucrania... si llega la paz
Con las negociaciones para un posible final al conflicto en Ucrania, los inversores refuerzan apuestas que duran ya tres años mientras los expertos piden cautela
En la semana en la que se cumplen tres años desde el inicio de la invasión de Ucrania, parece estar más próximo que nunca el final del conflicto bélico que asedia el país. La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de intervenir de lleno para respaldar a su homólogo ruso, Vladimir Putin, mientras silencia la voz del país invadido y la opinión de Europa, marca las negociaciones. En estas condiciones de incertidumbre, la paz no deja de ser un futurible, y sus consecuencias, una incógnita.
Entre tanto, los inversores, con su eterna intención de adelantarse a las eventualidades políticas, quieren identificar ya a los primeros ganadores y perdedores (económicos) del conflicto para mejorar sus apuestas. Los expertos, en cualquier caso, recomiendan extremar la prudencia a la hora de tomar decisiones sobre un escenario en el que ni se ha firmado el alto al fuego ni hay claridad sobre sus condiciones. Si bien ya es posible sacar algunas conclusiones de la invasión rusa en materia de inversión y alguna que otra pista sobre la trayectoria bursátil de Europa.
Beneficiadas
"En Europa no se ha visto beneficiado nadie, salvo las compañías de fabricación de armamento", apunta Josep Prats, gestor del fondo Abante European Quality, de la gestora Abante Asesores. Basta con mirar hacia la evolución de estos tres años en los índices de referencia en Europa, como el Stoxx Europe 600, para encontrar una alta presencia del sector de la defensa. En la evolución bursátil de las diez primeras empresas de esta lista, que engloba los 600 grupos de mayor cotización de Europa, se encuentran varios gigantes armamentísticos e incluso un infiltrado, el grupo británico Rolls-Royce, famoso por sus vehículos de lujo y algo menos famoso porque también produce equipos de defensa. Ha visto crecer su valor un 447,49%.
Liderando el Stoxx Europe 600 durante el conflicto en Ucrania se encuentra Rheinmetall AG, cuya capitalización se ha disparado desde 2022 un 904,92%. Desde Abante, Prats valora el "buen tono" de la firma alemana a raíz de la guerra de Ucrania que, previsiblemente, mantendrá con su producción de carros de combate. "Más allá de que termine la guerra de Ucrania, la demanda de fondo de armamento va a seguir un tiempo", asegura el experto.
En tercer puesto de la lista europea se encuentra la italiana Leonardo SPA, con una revalorización bursátil del 468,97% en apenas tres años, y en el cuarto lugar se sitúa la sueca Saab AB-B, que entre sus líneas de negocio incluye soluciones tecnológicas aplicables en defensa y en el ámbito civil: la firma experimentó un aumento de su valor del 456,36% en los años posteriores a la invasión de Ucrania. La presencia militar en el índice europeo concluye con el quinto y sexto lugar, donde se ubican Rolls-Royce Holdings y Konsberg Gruppen ASA; esta última con una revalorización en el trienio del 447,49%.
Respecto al despunte de las empresas especializadas en armamento y material militar, Prats argumenta que, aunque "no son muy importantes en bolsa, ya que tienen un tamaño pequeño o mediano", podrán seguir manteniendo la buena evolución que han dibujado durante la guerra en el marco del aumento de inversión en defensa por parte de Europa.
Y es que, frente a la hipótesis extendida de que las empresas de defensa se desinflarían con el fin del conflicto bélico, los expertos adoptan una posición contraria: las apuestas por el sector armamentístico siguen igual de altas, o incluso más, que durante el inicio de la guerra de Ucrania. Así lo explica Beltrán de la Lastra, presidente y director general de inversiones de Panza Capital, quien asegura que ahora hay "una aceptación social y política de que el gasto en defensa se tiene que incrementar, que es algo que no ha existido en los últimos 40 años". Esa es la tesis de inversión que mantienen desde la firma ante la incertidumbre imperante: el gasto de defensa va a crecer "independientemente de que haya paz o no".
Aumento del gasto
Si la Conferencia de Seguridad de Múnich ha dejado alguna certeza es el aumento conjunto del gasto militar de los países congregados. Los expertos en inversión de Bankinter ya se han hecho eco de esto en sus previsiones. "Las compañías de defensa seguirán viéndose beneficiadas y mantenemos la visión positiva sobre el sector", apunta un informe reciente de la entidad, que incide tanto en el umbral de gasto en defensa que exige la OTAN a los países miembros (2% del PIB) como en las intenciones del Gobierno de Donald Trump de elevar dicho umbral hasta el 5%.
"Actualmente, ninguno de los países de la OTAN cumpliría ese objetivo, de hecho, hay muchos de ellos que no cumplen ni el objetivo actual del 2%, entre los que se encuentran España e Italia", señalan en Bankinter. También justifican que el desempeño de determinadas empresas (entre ellas Rheinmetall, Leonardo, Thales e Indra) las sitúa entre sus valores favoritos del sector y su integración en carteras con activos de defensa. "Creemos que el cambio que se está produciendo en el sector es estructural y que, por tanto, es probable que los crecimientos elevados se prolonguen durante los próximos años. Además, el sector se encuentra cotizando aún a múltiplos razonables si se tienen en cuenta los significativos crecimientos que se esperan a futuro", detallan en su boletín del pasado enero.
Ese augurio lo comparten también desde S&P Global en su informe European Defense Funding: What Are The Options?, donde señalan el esfuerzo de los países del Viejo Continente por aumentar su gasto militar y alcanzar los planteamientos de EEUU. "Los gobiernos europeos están explorando opciones de financiación conjunta para defensa, como los bonos respaldados por la UE y otras emisiones supranacionales", apuntan desde la firma, donde estiman que el conjunto de las aportaciones individuales de cada país constituirán el 99,7% de la financiación militar de la OTAN. Todo conduce a la misma conclusión: el gasto militar de cada país debe crecer. "No hay que confundir la paz, que por todos va a ser bienvenida, con la reducción de los gastos en defensa: son dos cosas distintas", insiste en esta línea Beltrán de la Lastra. Por ello, el sector de la defensa sigue siento una apuesta de inersión segura para el experto, que se aleja de los grandes protagonistas, y pone como ejemplo los casos de Babcock, Dassault Aviation y, de nuevo, Thales.
En el caso de la primera, el comportamiento de esta empresa británica especializada en aeronaves ha sido "fenomenal" para el presidente de Panza Capital, quien explica que en los últimos dos años, hasta 2024, el precio de la acción dobló su valor y, en lo que va de 2025, acumula otro crecimiento del 29%. Ese retorno tan fuerte también lo llevan Dassault y Thales, ambas involucradas en la producción de aviones de combate. Las cifras apuntan a que la revalorización de Dassault durante la guerra de Ucrania fue de un 105%, y de un 121% para Thales.
Otro dato que puede resultarle útil al lector es que, tras la Conferencia de Seguridad de Múnich, el índice Stoxx 600 Aerospace and Defense, integrado por las compañías más importantes de Europa en materia militar y aeroespacial, disparó su valor un 4,2% hasta alcanzar máximos históricos, sustentado por subidas en algunas de sus principales compañías, como Rheinmettal. Y dentro del grupo europeo, España tiene su representación con Indra que, pese a sus vaivenes en materia de gobernanza, ha conseguido una revalorización del 128,77% desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, colocándose como el sexto valor del Ibex 35 con mayor aumento en los pasados tres años.
Siguiente apuesta
Valorados los efectos económicos más directos, queda pendiente tomar nota de otra enseñanza del conflicto: la autosuficiencia. Pese a que el gas y el petróleo seguirán siendo necesarios en Europa en el corto y medio plazo, con el conflicto ucraniano ha quedado claro que "a Europa, objetivamente, le interesa tener autosuficiencia energética, y por tanto, tiene que invertir en energías limpias" para evitar depender en exceso de Rusia, señala Prats. Por ello, entre las valoraciones, dentro de un hipotético caso de paz, el experto señala que "las energías limpias seguirán siendo una fuente importante de inversión, si queremos seguir siendo menos dependientes".
Y en el contexto de una situación de inflación controlada tras la posible paz, en Abante elevan sus recomendaciones hacia las entidades financieras: "Los bancos son los que mejor recogen la mejora del perfil de riesgo de la economía", muy probable con un fin del conflicto, para lo que señala el potencial de la banca minorista europea.
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