Conoces lo que realmente es 饾棽饾椆 饾椇饾棶饾椆 饾椆饾椆饾棶饾椇饾棶饾棻饾椉 饾榾饾椂́饾椈饾棻饾椏饾椉饾椇饾棽 饾棻饾棽饾椆 饾椂饾椇饾椊饾椉饾榾饾榿饾椉饾椏
por Elena Arnaiz
“Van a saber que no soy tan buena como se piensan”, “Seguro que los dem谩s saben mucho m谩s que yo”, “Finalmente descubrir谩n que no soy capaz de llevar con 茅xito este puesto y me despedir谩n” As铆 te sacude la mente, el (mal llamado) s铆ndrome del impostor.
Los s铆ntomas son variados, pero las emociones que est谩n debajo muy parecidas. Y todas igual de desagradables.
D茅bil, con inseguridad y con la sensaci贸n (casi certeza) de que en alg煤n momento la vas a liar.
Es normal. Repite conmigo: “normal”
En realidad, no es que est茅s haciendo algo “mal”, sino que est谩s impostando.
E impostar es una fase absolutamente normal de cualquier proceso de aprendizaje o cambio.
Por eso, me gusta m谩s hablar del S铆ndrome del Impostar que del S铆ndrome del Impostor. Veamos porqu茅.
De d贸nde viene impostor e impostar.
Vamos, como siempre, a entender el origen en el pasado para que nos arroje luz en el presente.
Tanto impostar como impostor comparten origen.
Vienen del lat铆n imponere, que significa literalmente “poner sobre o colocar encima”.
De este modo, la RAE define impostar como “fijar la voz en las cuerdas vocales para emitir el sonido en su plenitud sin vacilaci贸n ni temblor”
E impostor se define como “suplantador, persona que se hace pasar por quien no es”.
En ambos casos, se trata de colocarse en un lugar que a煤n no es el tuyo (la voz en el origen de la palabra impostar y lo que hacemos y aparentamos nosotros en el caso de la palabra impostor)
Cualquiera que inicia algo imposta, y cualquier que imposta siente que es un impostor. Se pone, en definitiva, de forma voluntaria en un lugar diferente al natural para obtener un resultado mejor.
Como quiera que sea, ambos coinciden en definir el concepto como hacer algo de manera artificial o forzada, especialmente al principio de un proceso.
Ser impostores como proceso natural del aprendizaje
Es decir, cuando iniciamos un camino nuevo, necesitamos hacer las cosas “forzadamente” (impostadamente).
Impostamos. Nos convertimos, por un periodo de tiempo, en impostores. Lo hacemos artificial al inicio para que con la experiencia, la disciplina y la pr谩ctica nos salga “natural”.
Hacer como si…
Es la ra铆z de cualquier terapia que conozcas. La terapia adleriana lo menciona as铆 tal cual y, de hecho, una de sus t茅cnicas consiste en “hacer como si”. Invita a los pacientes a que act煤en como si ya hubieran superado sus dificultades o alcanzado una meta, aunque no se sientan capaces en ese momento. Este enfoque anima a las personas a modificar su comportamiento antes de experimentar el cambio emocional. Al actuar “como si” ya fueran capaces de enfrentar una situaci贸n dif铆cil, pueden comenzar a desarrollar la confianza y habilidades necesarias para superar sus problemas.
La gran parte del tiempo, nos enfrentamos de forma voluntaria a diversos “hacer como si” y, como ves, es terap茅utico, maravilloso y funcional.
Hazlo con miedo hasta que finalmente lo incorpores.
Todo lo que ahora haces de forma natural, de hecho, fue en alg煤n momento de tu crecimiento desde tu m谩s tierna infancia… impostado.
Y ahora que ya sabemos lo que, en realidad es impostar y su consecuencia natural de convertirnos en impostores vamos con las consecuencias.
Consecuencias de impostar.
Impostar como es “normal” nos genera inseguridad.
- Porque estamos en modo principiante. Torpes. Y eso nos inc贸moda.
- Porque nos importa lo que los dem谩s dicen de nosotros y el impacto que tiene en nuestra propia autovaloraci贸n.
- Porque eres humano y est谩s vivo. Y exponerte al juicio de los dem谩s cuando no est谩s del todo seguro da miedo (porque somos animalitos sociales y, muy resumidamente, porque nuestro cerebro ha aprendido que el hecho de que nos expulsen de la manada significa la muerte, as铆 que nos sobreprotege para que esto no nos ocurra)
Si todo sigue su curso natural, seguir谩s repitiendo eso que ahora impostas hasta que poco a poco esos efectos van desapareciendo y lo incorpores como uno m谩s de tus maravillosas habilidades o talentos que habitan en ti.
Bien.
Hasta aqu铆 todo normal.
S铆ndrome del Impostor no. S铆ndrome del Impostar. Con A.
Antes…
Antes de toda esta explosi贸n de ultra productividad y de alcanzar las cotas m谩ximas de nuestro potencial que est谩 tan vigente actualmente tambi茅n impost谩bamos.
Pero lo hac铆amos fundamentalmente al inicio de nuestra carrera. O en momentos puntuales de cambio profesional.
Una vez que adquir铆as cierta maestr铆a, ya estaba. Piloto autom谩tico y a lucirse.
Hablo en lo que afecta al com煤n de los mortales, grandes artistas y entregados a la causa de meterse en jardines continuamente repletos de vocaci贸n ha habido en todas las 茅pocas (afortunadamente)
Ahora…
¿Qu茅 ocurre en la actualidad?
Que tenemos que estar iniciando caminos nuevos todo el rato. Y durante toda nuestra carrera profesional. Y que, para m谩s INRI, hoy en d铆a ya no es una opci贸n. Sin tregua. No se acaba. Y no te puedes bajar, porque sientes que ya no ser谩s capaz de volver a subirte. Y no vas muy desencaminado.
Y lo tienes que hacer est茅s repleto de vocaci贸n o seas de lo que quiere trabajar para tener un m铆nimo de buenas condiciones de vida.
Ocurre adem谩s con much铆sima frecuencia y sin tiempo a reponernos…¡zas! aceptamos retos nuevos, nos enfrentamos a desaf铆os constantes y los tiempos de aprendizaje se acortan una y otra vez.
Y t煤 sabes que para ti es nuevo. Que tienes inseguridad y que te mueres de miedo si la l铆as. Porque lo tienes que hacer en escenarios en los que, realmente, te la juegas. Y a ti te gustar铆a parecer super profesional. Y experimentado. Porque es lo que est谩 en nuestro imaginario. Con cierta edad y bagaje profesional “ya deber铆a” haber superado estas fases.
Ya, pero no. Ahora NO.
No hay per铆odo de prueba, no hay entorno amigable de prueba. No. Vas y te la juegas.
Y esto, querido y querida, le generar铆a ansiedad (te lo aseguro) hasta el mism铆simo Dalai Lama.
No es un s铆ndrome.
No es un s铆ndrome. De verdad, ya basta de patologizar absolutamente todo. Toneladas de literatura habl谩ndote sobre el s铆ndrome del impostor sin darte una soluci贸n ni una explicaci贸n contextualizada de porqu茅 aparece esa molesta sintomatolog铆a.
Es la vida. Es la vida moderna que est谩 dura. Est谩 tremendamente desafiante y no hay cerebro humano que se adapte sin dolor a esto.
As铆 que un intento m谩s de que la culpa la tengamos nosotros y no la maquinaria ingente de producci贸n en la que estamos metidos, nos inventamos y nos autodiagn贸sticamos el archifamoso s铆ndrome del impostor.
Pero impostar constantemente si da s铆ntomas molestos
Vamos a ver algunos de ellos, pero te hablar茅 de forma m谩s expl铆cita (y en primera persona) de ellos.
Hiperactivaci贸n
Por la cantidad tan enorme de escenarios diarios en los que nos la jugamos e impostamos y que ponen en jaque una y otra vez a nuestro nivel de competencia estamos en estado de hiperactivaci贸n. No hay mucho espacio para poner el piloto autom谩tico. Nos pasamos mucho tiempo de nuestra vida profesional en modo principiante (pero con unos niveles de responsabilidad de nivel senior).
Vulnerabilidad
Esto alimenta la llamada de la vulnerabilidad.
Ven a protegerme, grita con desespero nuestro ego.
Y como nos da p谩nico admitir nuestra vulnerabilidad, nos enredamos en un patr贸n de comportamiento (este s铆 que hace da帽o, es disfuncional y debemos intervenir sobre 茅l) que tiene como 煤nico objetivo: taparnos.
Tranquilizar a nuestro ego. Que, recuerda, siempre quiere m谩s y m谩s.
Que no se enteren que estamos impostando. Que no tenemos la certeza de saber hacerlo bien. Que no nos descubran asumiendo el riesgo que otros no se atreven a hacer y que parezca que estamos seguros.
S铆ndrome del impostor (ahora ya sabes que es conjuntos de s铆ntomas molestos que tienen un origen completamente normal) en bandeja.
Coraza emocional
Si el precio a pagar es construirme un personaje fr铆o, sin sentimientos y con una buena coraza emocional, lo pago.
Infravaloraci贸n
Si el peaje que tengo que pagar es infravalorarme (y casi humillarme) a mi misma una y otra vez p煤blicamente para que “me perdonen” lo hago. Ya ver茅 c贸mo y qui茅n recoge los trocitos de mi autoestima desparramados en el suelo.
Esconderme
Como me da tanto miedo enfrentarme a los desagradables efectos de impostar en tantos contextos en los que me la juego, los evito. Me escondo, me invisibilizo, me creo que yo no sirvo. Y claro, me pierdo los beneficios.
Extenuaci贸n
Si, por el contrario, prefiero contribuir a mis cuentas con mi ego con esfuerzo, lo tengo a煤n m谩s f谩cil. Me mato (literalmente) a trabajar. No permito descansar. Ni desconectar. Como castigo, bien merecido. Solo trabajo sobre lo ya trabajado. Insaciable. Y me cuelgo la etiqueta de perfeccionista y lista para desvanecerme lentamente.
Todo con tal de que no se enteren.
Y que no nos critiquen. Que no hablen mal.
Estamos expuestos a la cr铆tica, y si en ese momento no recibimos el reconocimiento que necesitamos (bien porque no lo pedimos, o porque lo minimizamos cuando nos lo dan), la inseguridad aumenta.
Extenuaci贸n
Y vamos a帽adirle m谩s a la ecuaci贸n. Ahora vamos a meterle extenuaci贸n.
En el proceso normal de aprendizaje ¿qu茅 hacemos? Aprender. Y eso requiere esfuerzo. Y es maravilloso.
Pero recuerda que se nos ha ido de madre en los 煤ltimos tiempos. Y ahora tenemos muchos frentes abiertos, todos a la vez que requieren de nuestra intervenci贸n (impostada porque es la primera vez que se producen)
¿Qu茅 hacemos? Lo que nos funcion贸 siempre: esforzarnos. Aprender, estudiar, mejorar, crecer.
Pero ahora no da tiempo. Ya tenemos demasiado. Y ¿adivinas?
En lugar de mirarnos de forma apreciativa y decir, “madre m铆a, en bastantes jardines estoy metida como para llegar al 100 por 100 a todo”
No. Aparece la voz de la tiran铆a y la autoexigencia. “Eres una in煤til” “Mira el resto cu谩nto sabe” “T煤 no” “En realidad, no vales para esto”. ¿Y sabes qu茅 es lo peor? “Que un d铆a te descubrir谩n.”
La capa m谩s ancestral que envuelve a tu ego se MUERE de MIEDO con esto. Se muere.
As铆 que volvemos a la casilla de salida.
Y aqu铆 est谩 el verdadero peligro. Todos tus sentidos ahora conmigo, por favor.
Generalizamos el malestar que nos produce impostar a otras situaciones en las que ya “somos buenos”
No solo nos sentimos inseguros en lo nuevo que estamos aprendiendo, si no que esa sensaci贸n la extrapolamos al resto de nuestra vida profesional, incluso en las 谩reas en las que ya (nos) hemos demostrado ser competentes.
Vuelve a leer la frase anterior, por favor.
Olvidamos parar y reflexionar.
En este contexto tan fren茅tico en el que nos movemos necesitamos revisar constantemente qui茅nes somos, qu茅 hacemos bien, d贸nde est谩 nuestros l铆mites y en qu茅 谩reas estamos aprendiendo.
Es normal sentirse inseguro en lo nuevo y necesitar refuerzos externos que nos validen.
Pero tambi茅n es vital reconocer en qu茅 ya hemos logrado soluciones s贸lidas que nos reafirman como profesionales confiables.
Si no, con la cantidad de tiempo que nos pasamos tanteando nuestros l铆mites, nos desmoronamos.
El problema no es el s铆ndrome del impostor; el verdadero desaf铆o es el piloto autom谩tico en el que vivimos, que no nos deja darnos cuenta de todo lo que ya hemos alcanzado.
As铆 que, por el momento y ya que tengo mis sesiones individuales repletas del mal llamado s铆ndrome del impostor, por el momento qu茅date con esta primera aproximaci贸n al concepto y la pr贸xima vez que sientas que no eres suficiente y que te van a descubrir, preg煤ntate: ¿realmente soy un impostor o solo estoy impostando algo nuevo?
Fuente: https://elenaarnaiz.es/lo-que-no-te-han-contado-sobre-el-sindrome-del-impostor/

Comentarios
Publicar un comentario