Seis voces que desafiaron al silencio y hoy iluminan la libertad
De Hipatia a María Corina Machado, mujeres que pensaron y actuaron con coraje nos muestran que resistir sigue siendo un acto de valentía
Hay conversaciones que nunca terminan. Aunque uno crea que la filosofía es un duelo privado entre Sócrates, Kant o Nietzsche, debajo late otra historia que pocas veces se cuenta. Es la de mujeres que pensaron con más coraje que la mayoría de sus contemporáneos y que, sin embargo, fueron barridas del canon con la misma facilidad con la que se barre el polvo de una mesa. No fue un accidente. Fue una decisión cultural sostenida durante siglos.
Gilles Ménage ya lo vio claro cuando reunió los nombres de decenas de filósofas olvidadas. Mucho después, Umberto Eco insinuó que no faltaban mujeres en la historia del pensamiento, lo que sobraba era el empeño de ciertos filósofos en apropiarse de sus ideas mientras fingían que esas voces no existían. Nada nuevo. La historia no solo narra lo que ocurrió, también intenta ocultar lo que incomoda.
Pero el silencio no puede ser eterno. Y cuando uno vuelve a leer a Hipatia, Hildegarda, Wollstonecraft, Beauvoir o Arendt, descubre algo inquietante. Estas mujeres no están ahí para exhibirse como piezas antiguas sino para recordarnos que pensar siempre fue un acto de riesgo. Sus ideas, lejos de oler a polvo, tienen filo. Y ese filo sirve para abrir en canal muchas de las certezas que hoy damos por garantizadas.
Gilles Ménage ya lo vio claro cuando reunió los nombres de decenas de filósofas olvidadas. Mucho después, Umberto Eco insinuó que no faltaban mujeres en la historia del pensamiento, lo que sobraba era el empeño de ciertos filósofos en apropiarse de sus ideas mientras fingían que esas voces no existían. Nada nuevo. La historia no solo narra lo que ocurrió, también intenta ocultar lo que incomoda.
Pero el silencio no puede ser eterno. Y cuando uno vuelve a leer a Hipatia, Hildegarda, Wollstonecraft, Beauvoir o Arendt, descubre algo inquietante. Estas mujeres no están ahí para exhibirse como piezas antiguas sino para recordarnos que pensar siempre fue un acto de riesgo. Sus ideas, lejos de oler a polvo, tienen filo. Y ese filo sirve para abrir en canal muchas de las certezas que hoy damos por garantizadas.
Mary Wollstonecraft leyó la Ilustración y se atrevió a tomarla en serio. Si todos los seres racionales tienen derechos y las mujeres razonan, entonces las mujeres tienen derechos. Parece obvio. En su época era dinamita. Señaló que la educación estaba diseñada para fabricar adornos sociales, no personas capaces de sostener su propia vida. Su crítica sigue vigente cada vez que la igualdad se aplaza con excusas más o menos refinadas.
Simone de Beauvoir nos obligó a mirar de frente una verdad incómoda. La mujer no nace hecha. La sociedad la fabrica. Su análisis desmontó siglos de prejuicios y abrió la puerta a comprender el género como una construcción que puede cambiarse. De repente, lo inevitable dejó de serlo
Hannah Arendt se sentó frente al horror del siglo XX y decidió pensar. Su concepto de la banalidad del mal fue un golpe a la conciencia moderna. Explicó que el mal puede surgir de gente corriente que renuncia a pensar por sí misma. Una advertencia que hoy deberíamos grabar en mármol cada vez que las burocracias deshumanizan o las ideologías piden obediencia ciega.
Y mientras estas pensadoras regresan hoy para ajustar cuentas con la historia, otra mujer escribe su propio capítulo desde un país que lleva años luchando por no perder la esperanza. María Corina Machado, convertida en símbolo de resistencia democrática en Venezuela, demuestra que el coraje intelectual y el coraje cívico nacen del mismo lugar. Intentaron silenciarla mediante inhabilitaciones, amenazas y persecución, pero no cedió. El Premio Nobel de la Paz que le será entregado el día 10 en Oslo no hace más que confirmar en el presente el mismo tipo de valentía que la historia terminó venerando en otras. Su nombre se suma así a la larga lista de mujeres que mantuvieron la luz encendida cuando las tinieblas parecían ganarlo todo
Estas seis mujeres no son estampas de museo. Son brújulas para un presente saturado de ruido y confusión. La advertencia de Hipatia, la mirada viva de Hildegarda, la lógica implacable de Wollstonecraft, la clarividencia de Beauvoir, la lucidez democrática de Arendt y la firmeza civil de Machado forman un mapa para orientarse en tiempos difíciles.
Conviene escucharlas. No para reparar una injusticia pasada sino para evitar que, en esta época acelerada y frágil, volvamos a caer en los mismos errores que ellas ya vieron venir. La filosofía nunca fue un club exclusivo. Fue una conversación abierta y combativa. Y cuando estas mujeres recuperan su lugar, la conversación se vuelve más honesta y el mundo un poco más inteligible.
Pedro Adolfo Morales Vera es economista, abogado, criminólogo, politólogo, historiador, documentalista.
TOMADO DE Seis voces que desafiaron al silencio y hoy iluminan la libertad - EL NACIONAL
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