Se está eliminando la ideología woke en las Fuerzas Armadas de EEUU. El mérito volverá a ser el criterio determinante para acceder y ascender, no la raza, ni el sexo, ni el género

 

Trump está suprimiendo la ideología woke en las Fuerzas Armadas. La única bandera que cuenta ahora es la estadounidense, no la LGTB.

Bajo el cuatrienio hiperprogre de Joe Biden (enero de 2021 a enero de 2025) éste había convertido las Fuerzas Armadas del país en un jardín de descanso y en un hospital permanente para que multitud de transexuales (decenas de miles) pudieran obtener -gratis- diversas operaciones quirúrgicas de eso que llaman “transición de género”, que -por otra parte- son costosísimas, así como los prolongados tratamientos de acompañamiento que siguen a dichas intervenciones.

Además de los prolongados e intensos efectos físicos inhabilitantes que suelen acompañar a dichas operaciones, aparece a menudo la ¨disforia de género¨trastornos psicológicos que les incapacitan durante muchos meses para realizar actividades profesionales y ya no digamos para participar en combate … y salir vivos ellos y no dejar tirados a sus compañeros no transexuales.

Desde el mismo día en que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, el 20 de enero de 2025, promulgó una serie de órdenes ejecutivas (o decretos presidenciales) “mandando a los altos cargos militares detener [de inmediato la tramitación de] las solicitudes de alistamiento [en las Fuerzas Armadas] de personas transexuales … y limitando estrictamente el acceso a los espacios íntimos [como los baños, de los soldados trans ya presentes en las FFAA] en función del sexo al nacer”, lo que es algo de sentido común, salvo para los depravados progres de hoy en día.

Por su parte, como informó el Wall Street Journal (WSJ), “los hospitales [ya desde enero de este año] cancelaron intervenciones quirúrgicas … para pacientes trans militares [relativas a sus cambios de sexo, etc.] y han ido rechazando nuevas citas [para ellos]”.

Dichas restricciones a los aspirantes trans a militares no suponen una “injusta discriminación” sino tener en cuenta sus muy reales limitaciones físicas y mentales

Desde hace muchas décadas las Fuerzas Armadas de EE.UU. han ido cerrando el acceso a sus empleos a todos aquellos grupos de personas que por sus crónicas debilidades físicas o por sus profundos trastornos mentales de cualquier carácter, les hagan incapaces a menudo de estar preparados para incorporarse al combate, con plenas capacidades.

Asmahipertensióngastroenteritisenfermedades venéreastendencias suicidas o grave depresión crónica por cualquiera que sea el motivo, han sido razones por las que los servicios de reclutamiento militar de EE.UU. -y de casi todas las FFAA occidentales- han venido, acertadamente, desde hace décadas rechazando las solicitudes de admisión y decidiendo la expulsión de quienes hubieran pasado por error una anterior selección.

¿Por qué habría que hacerse una excepción (la hiper utilizada ¨discriminación positiva¨) a las personas transexuales a pesar de la abrumadora evidencia de que su obsesión por la extraña “transición” les incapacita a ir al combate durante multitud de meses o de años o, si les enviaran, pondrían en peligro a sus compañeros y el éxito de las misiones militares encomendadas?

El Tribunal Supremo ya aceptó en mayo de 2025 que las personas transexuales se sometan a las limitaciones del Departamento de Guerra de Trump para estar en el Ejército

El 6 de mayo de 2025 el Tribunal Supremo admitió la aplicación provisional de las condiciones introducidas por la nueva Administración Trump al acceso de las personas transexuales a las Fuerzas Armadas. Más adelante el Supremo entrará en esta cuestión más a fondo, según avance la tramitación de los procesos judiciales emprendidos por diversas personas y colectivos LGTB en tribunales inferiores.

Concretamente, la decisión del Tribunal Supremo -que no es exactamente una sentencia firme, definitiva- “permite a la Administración comenzar a expulsar a los soldados transexuales y denegar el reclutamiento de nuevos de ellos hasta que los recursos judiciales avancen en los tribunales inferiores”.

El Wall Street Journal (JWS) nos informa que John Sauer, el ¨Solicitor General¨ federal de EE.UU., (cargo que en España se denomina el Abogado General del Estado, del Ministerio de Justicia), “argumentó [ante el Tribunal Supremo estadounidense] que el Departamento de la Guerra ha establecido de modo racional que el servicio de personas que sufran disforia de género menoscabaría la efectividad y la capacidad de combate [¨letalidad¨, de las FFAA], lo que resulta coherente con las decisiones muy anteriores sobre otras patologías médicas, tales como el asma y la hipertensión”.

Tras conocerse la decisión del Tribunal Supremo del pasado mayo sobre este asunto, un portavoz del Departamento de Justicia declaró que “esta decisión correctamente rechaza los intentos de inyectar la ideología de género en nuestras fuerzas armadas a consta de su capacidad de combate”.

El Secretario de la Guerra ha llamado a que sólo sirvan en las unidades de combate los hombres y las mujeres que alcancen los mismos altos niveles de exigencia física y mental requeridos

Ya el pasado 30 de marzo Pete Hegseth, el Secretario de la Guerra -quien no es ¨santo de mi devoción¨-, “ordenó a todas las ramas de las FFAA que pusieran fin a la diferenciación por sexos de las pruebas físicas para el acceso a las unidades de combate, pero que sigan vigentes para los [innumerables] destinos que no intervienen directamente en el combate”, tales como los de intendencia, mantenimiento técnico de los vehículos, naves y aeronaves, ingenieros (zapadores, puentes …), entrenamiento, inteligencia, etc.

Por consiguiente, las normas vigentes en la actualidad no implican excluir a las aspirantes por ser mujeres, sino obligarles a que se sometan a las mismas pruebas físicas que los hombres, lo que es muy diferente y lo que considero correcto.

Como regla general, poco exacta, suele decirse que por cada militar que esté listo para el combate deben haber otros 8 que le  respalden en aquellos campos de actividad que mencioné aquí arriba. En las Fuerzas Armadas de EE.UU. los destinos para no combatientes ascienden a cerca de un millón de personas … pero eso no es suficiente para los progres y sus decadentes ¨políticas de diversidad (DEI)¨.

Creo que todos conocemos, en España y donde sea, este escándalo de que las mujeres dispongan de unas pruebas físicas muy inferiores a las que se exigen a los hombres, para puestos destinados en participar directamente en combates. Auténticos coladeros woke que anteponen la ideología de género a la capacidad y al mérito como criterios determinantes en la selección de los futuros combatientes y en su posterior ascenso a altos cargos de la cadena de mando militar.

TOMADO DE Trump eliminará ideología woke en las Fuerzas Armadas

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