Lo que hay Más Allá de la Mente

 


Vicente.— Vamos a insistir, ante todo, en lo que constituyó la temática del día de ayer. Ayer nos referíamos muy específicamente a las Reglas Básicas del Agni Yoga, éstas eran, siempre desde mi punto de vista, la profunda atención, la serena expectación y la correcta adaptabilidad. 

Si una persona está profundamente atenta, automáticamente el pensamiento deja de funcionar, significa que está más allá de las cualidades del propio pensamiento. Si hay profunda atención, dentro del ser se suscita un anhelo imposible de definir, un impulso irresistible, y este impulso irresistible se demuestra en forma de serena expectación, esperando, pero sin esperar. Es un suave vivir sin tensiones, la mente ha quedado apacible, todo nuestro ser se ha vuelto exquisitamente vulnerable, no hay resistencia, no hay pasión, solamente existe atención, una atención tan formidable que ha logrado conectar al individuo con sus raíces espirituales más profundas. 

Más allá del propio pensamiento existe la mente, es el campo (en) donde se fraguan los pensamientos. Mas allá de la mente existe el Pensador y, más allá del Pensador, está tratando de expresarse la facultad de pensar, que es inherente a la vida del propio creador. 

Dijimos que la verdad está más allá de todo compromiso de carácter individual, que está más allá de todo conocimiento, que está más allá de toda pretensión de carácter individual, es decir, que para poder captar la verdad no podemos utilizar el sistema del propio pensamiento, sea cual sea su plenitud, sea cual sea su intensidad, sea cual sea su propia evolución, entonces, la pregunta, la interrogante que se presenta a nosotros es lo que va constituir la temática de nuestra conversación de hoy: ¿Qué hay más allá de la mente? 

Es un tremendo desafío, yo diría que es el atajo que buscábamos a través de todas las prácticas individuales y de todas las disciplinas. Ustedes saben que, dentro de la mente, coexisten dos tipos de expresión, una que llamamos concreta o intelectual, y otra que llamamos abstracta, es como el humo que sale de la chimenea, compacto al principio, pero que después se va diluyendo dentro del espacio. 

¿Hay alguna diferencia entre la mente concreta y la mente abstracta? Es solamente de grado, hablamos todavía en términos de mente. La mente, lo que ha realizado, que por su propia expansión, por su propia evolución, se ha confundido con el propio espacio y, técnicamente, ha dejado de existir aparentemente como pensamiento, ¿qué hay entonces? 

Cuando el pensamiento se ha diluido dentro de la profundidad del espacio, ¿dónde está el pensamiento? O, enfocando la pregunta de otra manera, ¿nos aprovecha en algo el pensamiento? El pensamiento nos ha llevado hasta este punto, y después de este punto, ¿qué es lo que hay? He ahí el tremendo desafío de nuestra era, y estoy muy convencido de que estoy hablando a un grupo de aspirantes espirituales sinceros y realmente con deseos de aprovechar las energías cósmicas a las cuales hicimos referencia.

 ¿Cómo llegamos a este punto?, ¿por la meditación?, ¿por el yoga?, ¿por las buenas acciones?, ¿o fue un sinnúmero de acontecimientos, fue un sinnúmero de cosas las que nos llevaron a este punto?, este punto de tan elevada trascendencia que más allá de sus fronteras solamente podemos concebir algo inconcebible: Dios, o la inmortalidad, o la eternidad, como ustedes quieran llamarle. 

Llegamos a este punto -más allá del cual existe el misterio impenetrable- a través de la aspiración superior, a través de una mente analítica discernitiva, a través de la sensibilidad del corazón, y todo esto, unido al propósito inicial que está en todos los seres en evolución, (este Propósito) creó, dentro del centro Ajna, del centro del entrecejo, un punto iluminado de tensión creadora, en progresión constante hacia el centro Coronario.

 Igual que hace la araña que se transporta por el hilo que está segregando de su propio cuerpo, nuestra mente segregó el hilo luminoso de contacto entre el centro Ajna y el centro Coronario, que llamamos el Antakarana. El Antakarana es la proyección de este propósito venciendo la resistencia de los vehículos, fundamentalmente del vehículo físico, del cerebro, con su conjunto celular altamente especializado en los aspirantes espirituales de nuestros días. Se tuvo que vencer también la inercia del propio elemento que llamamos mente, y digo, elemento, porque la mente en su totalidad constituye un cuerpo con plena conciencia y con plenos poderes y, por lo tanto, con capacidades de reacción contra nuestros intentos. Hemos tenido que vencer la resistencia del elemental constructor de la mente, o del cuerpo mental, para llegar a este punto en donde el pensamiento prácticamente se ha perdido y que, prácticamente, ya no podemos recuperar; entonces, ¿nos sirve el Antakarana para vencer ya esta frontera, o quebrantar la frontera más allá de la cual existe el misterio impenetrable del propio Dios? En todo caso, ¿hasta dónde llega el Antakarana? 

El Antakarana cuando llega a cierto punto dentro de su proyección, que va del centro del Entrecejo hasta el centro Coronario, venciendo todas las resistencias impuestas por la tradición, por las costumbres, o por el propio estado de evolución, hace un punto crítico, realiza una ecuación de valores universales, y el Ego se pregunta, ¿qué es lo que voy a hacer ahora?, porque lo que se intenta de este momento en adelante es progresar más allá del Antakarana.

 ¿Se dan cuenta de lo que esto significa para nosotros que hemos pasado tantos siglos creando el Antakarana? Viene a ser en forma muy similar a lo que realiza el Ahrat en la 4ª Iniciación, cuando debe absolutamente destruir el cuerpo causal, o el cuerpo de luz, según lo vio Pablo de Tarso. Es decir, que hay que quebrantar la belleza impresionante del estuche causal, de la misma manera que existe un dolor al quebrantar este cuerpo causal para que el Ángel Solar sea liberado de sus cadenas de tantos siglos, así también ocurre cuando llegamos a este punto crítico más allá del cual el Antakarana ya no nos sirve. 

Cuando estamos en silencio y argumentamos acerca del silencio, nos agarramos sutilmente al Antakarana: ¡ya estamos presos nuevamente en nuestra propia creación! Estoy hablando del yoga que corresponde, no a la 5ª Subraza de la 5ª Raza, estoy refiriéndome –seguro de que hablo a aspirantes espirituales, tengo mucho interés en repetir esta frase

- (a) algo que está más allá de las posibilidades de las gentes corrientes y quizá de muchos, muchos, aspirantes espirituales. Es este punto dentro del cual todo cuanto se ha creado por el esfuerzo del entendimiento y de la propia voluntad, debe ser rechazado, sin esfuerzo, pero rechazado. Y, ¿qué vamos a hacer ahora, cuando el último baluarte ha sido vencido y enfrentamos esta dolorosa inseguridad que precede a la iniciación?, esta tierra ardiente que ha sido trascendida y este árido desierto lleno de “incertezas” y lleno de sufrimiento indecible para el alma timorata… 

Cuando la persona se encuentra en este trance solamente tiene dos opciones: progresar hacia delante venciendo las últimas resistencias impuestas por la ley de la evolución, o volver de nuevo al pasado con esta penosa sensación de haber perdido el tiempo. Y voy a explicarles cómo se opera secretamente en el individuo esta potente proyección de fuerza que conduce a lo eterno. 

Todos, absolutamente todos cuantos estamos aquí, hemos tenido momentos de absoluta inseguridad, o de perfecta y absoluta soledad, lo cual significa que hemos tenido mucho miedo, mucho miedo de enfrentar la propia soledad, porque la soledad siempre es el preámbulo o el preliminar de un gran misterio, el misterio de síntesis, el misterio del corazón, porque cuando la mente ha llegado a cierto punto dentro de su expansión natural, automáticamente se abren las compuertas del corazón, es entonces el corazón el que debe dictar la última palabra, el último proyecto, la última resolución. Es decir, que cuando hemos tenido un momento de absoluta soledad, que era síntoma de nuestro propio grado de evolución, hemos retrocedido, ¿cómo?, ¿de qué manera?, ¿a través de la diversión?, ¿a través de los afectos múltiples a nuestro alrededor?, ¿a través de los propios conocimientos esotéricos? ¡Quién sabe! 

Lo interesante es que hemos retrocedido, espantados ante el tremendo dilema de la propia soledad, y yo digo que Agni-yoga arrostra, debe arrostrar el misterio absoluto de esta soledad del corazón y de este gran vacío dentro de nuestra mente, y proseguir adelante, sin ningún Antakarana, sin ningún báculo en donde apoyarse en el camino y, entonces, experimentar el silencio inefable que es precursor de la propia vida. 

No podemos alcanzar la verdad por el simple raciocinio, ni aun por el propio discernimiento. ¿Cómo podemos discernir sobre algo que es eterno? ¿Podemos agarrar el aire con las manos?, se nos escapa, es fugitivo el aire, ¿verdad?, ¡pues la verdad es todavía más fugitiva que el aire! Es lo más sutil que pueda existir en la vida de la naturaleza.

Te sugiero ver este video:



TOMADO DE Lo que hay Más Allá de la Mente – Sabiduría Eterna

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