LA OBLIGACION DE NO TENER MIEDO A EQUIVOCARNOS
En una Tenida, fruto de los comentarios de los HH.·. presentes, escuché
muchas ideas y argumentos, muchos aspectos enriquecedores e
inspiradores que iban surgiendo desde diversas profesiones, reflexiones y
experiencias personales, contenidas en los comentarios que tuvieron lugar
en una Tenida Justa y Perfecta, donde se vertió mucha Sabiduría.
Y a partir de ahí surge la Reflexión sobre una pequeña parte de la Luz
recibida, en concreto de dos ideas que me motivan: “que teníamos
Derecho a equivocarnos” y también “que además de Derechos, hay
Obligaciones”, y de ahí surge la síntesis de ambas en esta plancha.
Tenemos Derecho a equivocarnos, para aprender y poder rectificar.
Rectificando desbastamos y también pulimos, las caras de nuestra piedra
bruta.
Tenemos la Obligación de no tener miedo a equivocarnos cuando cumplimos un deber con la intención de servir, evitando la imprudencia irreflexiva siempre. Así discurre la mejora del Conocimiento humano, de las Ciencias, de la Técnica y de las Artes porque el aprendizaje personal se basa habitualmente en un proceso de ensayo y error. Si todo lo que emprendemos nos saliese bien a la primera, no aprenderíamos nada, no descubriríamos nada, e incluso podríamos creer que ya lo sabemos todo.
En ese caso, la verdad es que nos encontraríamos en el fondo del oscuro pozo de la ignorancia y a una profundidad similar a la del oscuro pozo del fanático dogmatismo. Oscuridades porque solo aceptan asentimiento, alabanza y fe ciega, sin admitir ni puntos de vista diversos, ni reflexión crítica, ni la Luz que se origina en el Librepensamiento al estudiar distintos puntos de vista.
Nosotros no nos conformamos con obtener un error o una equivocación o no llegar a la meta prevista, si no que estas situaciones deberían de espolearnos para iniciar de nuevo el proceso, nos ha de llevar a preguntarnos el porqué de ese resultado, a recapitular y repasar todos los pasos, replantearnos el uso de medios y métodos, reenfocar el trazado de las estrategias empleadas, admitir sugerencias y reflexionar con autocrítica positiva. El objetivo final merece la pena.
El error cometido o el resultado inútil, no es incompatible, con desahogarnos con toda la colección de exabruptos en un momento determinado, porque duele más si caemos desde más alto y la intensidad del dolor depende de la altura donde nos posiciona nuestro orgullo cuando no somos conscientes de nuestras limitaciones o cuando no nos hemos esforzado suficientemente por ponerles remedio porque no nos acabamos de conocer bien a nosotros mismos.
Me viene a la memoria una frase muy célebre del poeta británico y H.·. M.·. Alexander Pope (en el siglo XVIII) que dice: “Errar es humano, perdonar es divino, rectificar es de sabios”. Indudablemente, está en lo cierto. Aunque a veces equivocarse y rectificar deja cicatrices que podemos mostrar o no, pero que no han de desdibujar nuestra sonrisa en un momento posterior.
Pensemos que a veces los errores, las equivocaciones o no alcanzar los objetivos previstos, son resultado de no haber dispuesto de toda la información necesaria para tomar decisiones o tomar un rumbo determinado en la vida.
Si hubiésemos tenido toda la información y la experiencia debida, seguramente no hubiésemos cometido el error o la indeseada equivocación. A posteriori, ya conocemos la respuesta y conocemos como se debiera haber actuado, sin ninguna dificultad. Desde luego, es al rectificar cuando somos un poco más sabios y mejoramos.
Los errores o equivocaciones por tanto, no deberían provocar en nosotros ni pensamientos negativos ni tener por resultado la permanente tristeza. Exactamente igual que los aciertos no deberían provocar un permanente estado de euforia. Permitidme que aproveche alguna de las varias interpretaciones que para mí puedo extraer del simbolismo del Compás: -Tristeza y euforia pueden situarse en los dos extremos del diámetro de una circunferencia de emociones. -El estado ideal al que pienso que hay que tender es precisamente el Centro, el punto donde se clava la aguja del compás, aunque a veces duela…
Pero ese punto medio nos mantiene en equilibrio y con Paz interior, cuando estamos cerca de él. -Situarnos en el punto medio del carácter nos permitirá la correcta medida, la mesura de nuestras reacciones y respuestas, considerando previamente las posibles consecuencias de las mismas y los límites que no hemos de traspasar con arreglo a nuestra ética. Con todo ello, creceremos en madurez como fruto de una experiencia de equidad y rectitud, dentro de la Trinchera donde nos ha tocado vivir, empeñados en la construcción del Templo de la Fraternidad y por ello, voy a acabar con un poema del poeta argentino, Pedro Miguel Obligado A PESAR
A pesar de la lucha cotidiana conservo en mí una paz que me ennoblece, y a pesar de que el mundo me entristece vuelvo a confiar en él cada mañana. No me deprime la injusticia humana, no me mancha el dolor, que me ensombrece, lo mismo que la noche no ennegrece con su paso el cristal de la ventana. Y aunque la incomprensión me desespere, disimulo la herida a quien me hiere, y tengo la bondad de sonreír. Y así, por el Amor en que he creído, sufriendo, – ¡como todos! – he cumplido con el alto heroísmo de vivir. Al Oriente de Zaragoza (España) 13 de marzo del Año de la Luz 6025
AUTOR:
José Peña
H.·. M.·.
R.·. L.·. Conde Aranda nº1 Valle de Zaragoza (España)
G.·. L.·. A.·. -G.·. O.·. A.·. (Gran Logia de Aragón- Gran Oriente de
Aragón)
TOMADO DE planchas
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