Eduardo Chibás y el Partido Ortodoxo; de "Vergüenza Contra Dinero" al Último Aldabonazo
POR Gustavo Pardo Valdes
El Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), fundado en 1947 por el senador Eduardo Chibás, fue más que un simple partido político; fue la encarnación de una urgencia ética en la Cuba republicana.
Surgido como una escisión nacionalista y progresista del gobernante Partido Auténtico, la Ortodoxia se alzó bajo el lema "Vergüenza contra Dinero" para denunciar la corrupción endémica que desangraba la nación.
A través de líderes como José Pardo Llada, Luis Conte Agüero, y Emilio Ochoa y otros, el movimiento movilizó a la clase media y a la juventud, convirtiéndose en el gran favorito para las elecciones de 1952.
Sin embargo, el destino del partido y de la República se truncó trágicamente con el suicidio de Chibás en agosto de 1951—un dramático "último aldabonazo" que, si bien intentó despertar la conciencia cubana, solo logró dejar un profundo vacío moral y político. Este vacío fue aprovechado meses después por el golpe militar de Fulgencio Batista, cerrando la vía reformista, dispersando a sus líderes históricos entre la resistencia y un exilio que aún hoy preserva el ideal chibasista.
El Partido
del Pueblo Cubano (Ortodoxo), comúnmente conocido como el Partido Ortodoxo,
fue una de las agrupaciones políticas más influyentes de Cuba antes de la
Revolución de 1959, marcando profundamente la conciencia política de la nación.
Origen y
Causas de su Fundación
El partido fue fundado el 15 de mayo de 1947 por Eduardo Chibás como una escisión del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico). La causa principal del hecho fue la creciente corrupción, el nepotismo y la falta de cumplimiento del programa de reformas prometidas por los gobiernos auténticos de Ramón Grau San Martín (1944-1948) y de Carlos Prío Socarrás (1948-1952).
La bandera de lucha de la Ortodoxia se sintetizó en el eslogan "Vergüenza contra Dinero", un llamado a la ética en la política y la denuncia del enriquecimiento ilícito, estableciendose como una fuerza de progresismo y nacionalismo que buscaba la limpieza de la administración pública y la soberanía económica.
Programa del Partido
El Programa del Partido era amplio y reflejaba su carácter "atrapalotodo," buscando apoyo en diversos sectores, desde obreros y campesinos hasta la pequeña burguesía, con ideas avanzadas para la época:
- Manejo pulcro de los fondos públicos y sanciones estrictas a los malversadores.
- Nacionalización de ferrocarriles, plantas eléctricas y telecomunicaciones.
- Abolición del latifundio y la monocultura.
- Defensa de la soberanía cubana ante toda injerencia extranjera.
- Plena garantía para los obreros y redistribución económica.
Liderazgo,
Declive y Suicidio de Chibás
Eduardo Chibás fue un orador carismático que utilizó su programa dominical en la CMQ, para denunciar con pasión los males de la República. Su voz insobornable lo convirtió en un ídolo popular y en el gran favorito para las elecciones presidenciales de 1952.
El declive
y la tragedia se precipitaron cuando, tras acusar de graves hechos de
corrupción al funcionario Aureliano Sánchez Arango, Chibás no pudo presentar
las pruebas irrefutables que prometió en el tiempo límite que se autoimpuso.
El 5 de
agosto de 1951, al finalizar su última alocución radial, pronunció su
famoso "último aldabonazo a la conciencia cubana" y se disparó en la
ingle. Murió once días después, el 16 de agosto de 1951, a causa de la
herida y sus complicaciones.
Su Legado
en Cuba y el Exilio
La muerte de Chibás provoca una gigantesca manifestación de duelo nacional y supuso un golpe demoledor a la vía reformista y democrática en Cuba.
Su suicidio despejó el camino para el golpe de Estado de Fulgencio Batista en marzo de 1952, a la vez que radicalizó a la juventud. La gran mayoría de los jóvenes de la Generación del Centenario que asaltaron el Cuartel Moncada en 1953, bajo la dirección de Fidel Castro, provenían de las filas del Partido Ortodoxo. Su legado de lucha contra la corrupción fue reivindicado y absorbido por el movimiento revolucionario posterior.
La ortodoxia original y sus ideas de democracia, nacionalismo y ética se mantuvieron vivas en el exilio cubano, donde muchos antiguos militantes continuaron defendiendo un ideal de Cuba libre y no corrupta, aunque el partido se disolvió de facto tras la Revolución de 1959.
El precursor. Antecentes en la radio
Eduardo Chibás estrenara su primer programa político radial el 14 de octubre de 1933 en la CMW "La Voz de las Antillas" es significativo por varias razones. Ello demuestra que la vocación de Chibás como tribuno y su método de comunicación directa con el pueblo se formó mucho antes de la fundación del Partido Ortodoxo en 1947. En 1933, Chibás era un joven militante de la Generación del 30, activo en la lucha contra la dictadura de Gerardo Machado.
Pionero de la Radio Política
En los años 30, la radio estaba emergiendo como el medio de masas dominante. Chibás fue un pionero en usar este canal de manera sistemática y efectiva para la propaganda y la movilización política. Esto le dio una ventaja y una práctica insuperable que luego culminaría en su famoso programa en la CMQ.
En la CMQ es su programa más famoso, fue en estas primeras incursiones radiales donde perfeccionó su estilo oratorio, marcado por la pasión, la denuncia y el llamado a la acción cívica.
La Hora Radial de Chibás en la CMQ
El programa radial de Eduardo Chibás, no era solo un espacio de opinión, sino una verdadera institución cívica que definía el domingo cubano.
Se transmitía en la estación CMQ, una de las más potentes y populares de la isla. El alcance masivo de la radio permitió a Chibás saltarse los filtros de la prensa tradicional y hablar directamente al pueblo, desde el campesino hasta el intelectual.
Su estilo era apasionado, directo y profundamente moralista. Chibás no se limitaba a dar noticias; él denunciaba con nombres y apellidos, creando una rendición de cuentas pública. Su voz se convirtió en el símbolo de la dignidad y la incorruptibilidad.
Cada programa era un evento de gran trascendencia política. Las calles se vaciaban, pues la gente se congregaba alrededor de los radios para escuchar las nuevas denuncias. Chibás era el gran fiscal de la nación, el martillo que golpeaba la conciencia pública para despertar a un pueblo que sentía que su República se desangraba por la corrupción.
El Último
Mensaje: "El Aldabonazo a la Conciencia Cubana"
El domingo 5 de agosto de 1951 fue el día de su última alocución, un momento cargado de desesperación y simbolismo.
Semanas antes, Chibás había acusado a Aureliano Sánchez Arango (Ministro de Educación del gobierno de Prío) de malversar fondos destinados a la "merienda escolar" y la construcción de escuelas, prometiendo presentar las pruebas irrefutables en ese programa.
Al llegar el momento, y sin las pruebas que él consideraba definitivas para sostener la denuncia, Chibás sintió que la única manera de probar su verdad y su desesperación era la inmolación. Declaró en vivo que, aunque las pruebas no estuvieran físicamente en ese momento, la verdad estaba de su lado.
En sus palabras finales, lanzó su famoso y emotivo llamado: "¡Pueblo de Cuba, despierta! ¡Aún estás a tiempo! ¡Éste es mi último aldabonazo!". Inmediatamente después, se disparó en la ingle frente al micrófono..
El Entierro: Duelo y Explosión Cívica
El funeral de Eduardo Chibás se considera una de las más grandes y multitudinarias manifestaciones de duelo popular y protesta política jamás vistas en la Cuba republicana.
Millones de cubanos sintieron su muerte no solo como la pérdida de un líder, sino como la muerte de la esperanza reformista. El entierro se convirtió en un acto de condena total a la corrupción que Chibás había denunciado.
La procesión hacia la Necrópolis de Colón fue una marea humana que desbordó las calles de La Habana. Fue en este evento, enardecido y emocional, donde muchos jóvenes se radicalizaron, sintiendo que la vía electoral y pacífica estaba agotada y que la única opción era la acción revolucionaria.
El suicidio de Chibás fue interpretado como un sacrificio moral en el altar de la nación. Al no poder derrotar la corrupción con la ley, lo hizo con su vida, dejando un vacío ético y político que apenas siete meses después (marzo de 1952) sería ocupado por el golpe militar de Fulgencio Batista. Tras la muerte de Eduardo Chibás, el liderazgo del Partido pasó a manos de figuras como Emilio Ochoa y Raúl Chibás (hermano de Eduardo).
Chibás, la Ortodoxia y el Comunismo
La posición de Chibás y su partido frente al comunismo cubano se puede resumir en una postura de anticomunismo ideológico,
Anticomunismo de Chibás
Eduardo Chibás era, en su esencia, un nacionalista revolucionario y un ferviente defensor de la soberanía cubana, con un fuerte componente anticomunista. Chibás y el PSP representaban dos polos ideológicos opuestos, aunque ambos estaban en la "oposición" a los gobiernos auténticos corruptos. Mientras que el PSP seguía las directrices de Moscú (alineándose con la Unión Soviética), Chibás defendía un nacionalismo cubano, ético y antiimperialista (principalmente anti-estadounidense).
Chibás criticaba al PSP por sus pactos previos con Fulgencio Batista (en los años 40) y por su falta de compromiso real con la democracia. Para Chibás, el PSP representaba una ideología extranjera que no se alineaba con los valores cívicos y nacionalistas cubanos.
En sus programas de radio, Chibás atacaba tanto a los gobiernos corruptos (Auténticos) como a los comunistas, aunque su foco principal era la corrupción bajo el lema "Vergüenza contra Dinero".
El Programa Ortodoxo y el Socialismo Democrático
Aunque Chibás era anticomunista, la ideología del Partido Ortodoxo no era conservadora; se situaba en el centroizquierda y tenía un programa de reformas sociales.
Convivencia y Atracción
La Ortodoxia actuó como un imán para la juventud de izquierda que estaba desilusionada con el PSP. Muchos jóvenes socialistas o ex-militantes del PSP, decepcionados por la conducta o las alianzas del Partido Comunista, encontraron en el Partido Ortodoxo un refugio de dignidad y una vía para impulsar sus ideas de cambio radical, pero dentro de un marco nacionalista.
Figuras Clave del Partido Ortodoxo (PPC-O)
El Partido
Ortodoxo fue un crisol de talentos, y muchos de sus miembros se convirtieron en
protagonistas de la vida pública cubana, cada uno con su propia trayectoria
|
Figura |
Rol
Destacado en el Partido |
Trayectoria Posterior |
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Emilio "Millo" Ochoa |
Fundador,
Senador. Asumió parte del liderazgo tras el suicidio de Chibás. |
Tras el
golpe de 1952, se exilió y se mantuvo activo en la oposición. Fue el último
presidente del Partido Ortodoxo en el exilio y un opositor firme tanto de
Batista como de Castro. |
|
Pelayo Cuervo |
Senador, figura intelectual prominente. |
Crítico
vehemente de Batista. Fue asesinado por agentes del régimen de Batista
en 1957, convirtiéndose en otro mártir cívico de la lucha por la democracia. |
|
Manuel Bisbé |
Intelectual, educador y político. |
Tras el
triunfo de la Revolución, se unió al nuevo gobierno y ocupó cargos
diplomáticos importantes, incluyendo la representación de Cuba en la ONU. |
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Luis Orlando Rodríguez |
Joven militante y periodista. |
Inicialmente,
un ferviente partidario de la Revolución. Ocupó el cargo de Ministro de
Relaciones Exteriores tras 1959, aunque luego se distanció y se exilió. |
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Rafael García Bárcena |
Profesor
de filosofía, intelectual, dirigente de la Juventud Ortodoxa. |
Fundó el Movimiento
Nacional Revolucionario (MNR). Fue un ideólogo clave en la resistencia,
detenido y torturado por Batista. Murió
en prisión en 1956. |
|
Juan Manuel Márquez |
Periodista y político. |
Uno de los
miembros más cercanos a Fidel Castro dentro de la Ortodoxia y un
revolucionario clave. Fue segundo al mando de la expedición del yate Granma
y murió en combate poco después del desembarco en 1956. |
|
Hugo Mir Laurencio |
Fundador y
primer presidente de la Juventud Ortodoxa (1947). |
Mantuvo
una destacada labor en la política. Posteriormente, se unió al exilio,
manteniendo su postura democrática y crítica a los regímenes totalitarios. |
|
Natasha Mella |
Hija del
líder comunista Julio Antonio Mella. |
Activista,
se vinculó a la Juventud Ortodoxa y posteriormente al Movimiento 26 de Julio.
Su trayectoria simboliza el paso de la Ortodoxia a la lucha armada. |
|
Max Lesnick |
Dirigente
de la Juventud Ortodoxa. |
Tras el
triunfo revolucionario, tuvo un rol activo, pero luego se exilió. En el
exilio, ha mantenido una posición política particular, abogando por el
diálogo con el gobierno cubano. |
|
María Pasos |
Locutora,
destacada personalidad femenina en la radio. |
Continuó
su carrera en la comunicación, manteniendo una fuerte presencia cívica que en
muchos casos se alineó con los ideales ortodoxos. |
|
Luis Conte Agüero |
Periodista
y locutor (como ya mencionamos). |
Crítico
inicial del gobierno de Batista. Exiliado tras la Revolución, se convirtió en
una voz influyente del exilio. |
La Salida al Exilio
El exilio de los miembros del Partido Ortodoxo se produjo a partir del evidente rumbo hacia el marxismo adoptado por Fidel Castro y su pandilla de delincuentes, reflejando las profundas fracturas políticas en Cuba.
Exilio 1959): Esta fue una ola más masiva y compleja. Muchos antiguos ortodoxos, que inicialmente apoyaron la Revolución, se distanciaron al ver la deriva del nuevo gobierno hacia el comunismo y la anulación de las elecciones. Estos líderes llevaron consigo al exilio la bandera ética de Chibás y el ideario de una Cuba democrática y nacionalista, oponiendose firmemente a la traición ideológica de Castro.
Liderazgo Post-Chibás
Tras la trágica muerte de Eduardo Chibás, el liderazgo del partido recayó en figuras como Emilio Ochoa y Raúl Chibás, quienes intentaron mantener la cohesión del movimiento ante las elecciones de 1952, frustradas por el golpe de Batista
Otras figuras trascendentes
José Pardo Llada: La Voz y el Testigo
José Pardo Llada fue un periodista, locutor radial y político muy influyente, íntimamente ligado a la figura de Chibás.
Pardo Llada fue un colaborador clave de Chibás en el Partido Ortodoxo. Su elocuencia y popularidad lo convirtieron en un candidato fuerte y una de las principales voces de la Ortodoxia en la radio, el medio de comunicación más poderoso de la época.
Al igual que Chibás, Pardo Llada utilizaba la radio como tribuna para denunciar la corrupción y movilizar al pueblo, manteniendo viva la llama del sentimiento cívico en la Isla, siendo una de las figuras que acompañó a Chibás en sus últimos momentos tras el disparo, Pardo fue testigo del suicidio de Chibas, la tragedia que marcó a Cuba.
Pardo Llada se adhirió inicialmente al nuevo gobierno de Castro, pero, al comprobar en rumbo marxista de mismo, se distanció y se exilió. En el exilio mantuvo fue senador en Colombia, manteniendo su relevancia como intelectual y periodista crítico.
Luis Conte Agüero: El Joven Discípulo y Analista
Luis Conte Agüero fue otro periodista y locutor de gran impacto, que comenzó su carrera política y periodística bajo la égida de la Ortodoxia, representaba a la juventud y la intelectualidad que se sumó al movimiento de Chibás. Fue uno de los ideólogos y comunicadores más destacados de la Ortodoxia.
Conte Agüero no solo admiraba a Chibás, sino que también fue una figura esencial en la difusión del pensamiento ortodoxo a través de la prensa y la radio. A lo largo de su carrera, Conte Agüero se destacó por su análisis político incisivo, convirtiéndose en una figura clave de la oposición anti castrista en el exilio.
Tanto Pardo Llada como Conte Agüero ejemplifican el poder de la palabra y la radio en la Cuba prercastrista. La Ortodoxia no fue solo un partido político; fue un movimiento cívico-moral que dependió de oradores carismáticos para despertar la "vergüenza" en la ciudadanía y la clase política.
Las trayectorias de estos dos hombres reflejan la compleja evolución ideológica de muchos antiguos ortodoxos, quienes pasaron del reformismo ético a la disidencia, tanto bajo Batista como, posteriormente, bajo la tirania comunista.
Max Lesnick: El Hombre Bisagra
Trayectoria en Cuba: Juventud Ortodoxa y Resistenci
Max Lesnick, apodado "El Polaco", fue un joven periodista y un líder destacado dentro del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). Rápidamente escaló hasta convertirse en Secretario Nacional de la Juventud Ortodoxa en la década de 1950.
Compartió tribuna y activismo con Eduardo Chibás y con Fidel Castro en la Universidad de La Habana. Su militancia fue marcadamente progresista, incluso describiendo el ala juvenil como socialista en su manifiesto.
Tras el golpe de 1952, Lesnick se unió a la lucha armada, sirviendo como jefe de propaganda de la Segunda Frente Nacional de Escambray. También utilizó su voz en la radio y la prensa (Bohemia, Cadena Oriental de Radio) para la oposición a la dictadura.
Exilio y Primera Oposición (1961)
Max Lesnick se exilió en 1961. Su razón, según él mismo, fue el desacuerdo con la creciente hegemonía del Partido Socialista Popular (Comunista) y la inminente alianza con la Unión Soviética, pues defendía una soberanía total para Cuba (ni Washington ni Moscú). Se estableció en Miami, Florida, que se convirtió en el epicentro del exilio cubano anticastrista.
Activismo Pro-Diálogo y Pro-Castrista en el Exilio
Posteriormente, la trayectoria de Lesnick tomó un giro radicalmente opuesto al del exilio histórico, convirtiéndolo en una figura sumamente controvertida:
Lesnick dirigió la publicación "Réplica" por tres décadas y fundó "Radio Miami" (donde firmaba como "El Duende"), medios a través de los cuales mantuvo una postura crítica a la política de Estados Unidos hacia Cuba, oponiéndose al embargo, a las medidas hostiles y al terrorismo. Su eslogan "Cuba sí, Yanquis no" fue un grito de guerra en la Pequeña Habana.
A finales de los años 70, Lesnick se convirtió en un actor clave en el establecimiento del diálogo entre el gobierno de La Habana y la comunidad cubana en el exterior (el "Diálogo del '78"). Él lideró la facción del exilio que abogaba por la reunificación familiar y un acercamiento.
A lo largo de las décadas, su postura evolucionó hacia el apoyo a las causas del gobierno de La Habana, incluyendo la defensa de "Los Cinco" (agentes cubanos condenados en EE. UU.) y la promoción de un cambio en la política estadounidense.
4. Retorno a Cuba y Legado
En 1978, tras 17 años de ausencia, Max Lesnick regresó a Cuba como parte del diálogo, reuniéndose con su viejo amigo universitario Fidel Castro.
Se le conoce como "El hombre de las Dos Habanas" (en referencia a La Habana, Cuba, y Little Havana, Miami), pues ha mantenido su residencia en Estados Unidos mientras aboga incansablemente por la reconciliación y la normalización de relaciones, actuando como un puente entre el gobierno cubano y una facción de la diáspora.
El Legado de la Ortodoxia
El Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) y la figura de Eduardo Chibás representan la máxima expresión del reformismo ético y nacionalista en la Cuba prerrevolucionaria. La Ortodoxia no fue derrotada en las urnas, sino que fue anulada por la propia corrupción que denunciaba y, finalmente, por la fuerza bruta del militarismo.
El dramático suicidio de Chibás, su "último aldabonazo", lejos de sanear la República, marcó su condena. Al extinguir la esperanza en la vía pacífica, el Partido Ortodoxo dejó un profundo vacío de liderazgo moral que el golpe de Fulgencio Batista en 1952 aprovechó para desmantelar la institucionalidad democrática.
La trayectoria del Partido Ortodoxo es un espejo de la tragedia cubana. Sus líderes se dividieron en tres caminos: aquellos que murieron en la lucha contra Batista (como Pelayo Cuervo y Rafael García Bárcena), aquellos que apoyaron inicialmente a Castro para luego distanciarse (como Manuel Bisbé y Luis Orlando Rodríguez), y aquellos que se convirtieron en figuras prominentes del exilio democrático (como Emilio Ochoa y Luis Conte Agüero). En este exilio, la consigna "Vergüenza contra Dinero" sigue viva como el ideal de una Cuba libre de corrupción y dueña de su destino.
En esencia, el Partido Ortodoxo fue la última esperanza cívica de la República, y su fracaso demostró a una generación entera que el cambio solo vendría por la fuerza, pavimentando así el camino hacia la Revolución de 1959.

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