"Dormir menos de 6 horas al día durante una década, puede reducir la esperanza de vida"

Disfrutar de un descanso nocturno de calidad no sólo es placentero para nuestro bienestar emocional y para tener la energía necesaria para afrontar la siguiente jornada, sino que repercute, de una manera implacable, en la salud general. Más aún, el doctor especialista en longevidad y medicina anti-aging, asesor médico de Kobho Labs Vicente Mera, es rotundo afirmando que “la privación del sueño prolongada, es decir, dormir menos de 6 horas al día durante una década, puede reducir la esperanza de vida hasta en un año. El motivo es su impacto en el sistema cardiovascular y metabólico, tal y como pone de manifiesto un estudio reciente publicado en The Lancet”.
Está científica, y sobradamente demostrado, que la calidad del sueño es uno de los pilares básicos de la salud, relacionado directamente con la longevidad. En contraposición a la falta de sueño reinante en el estilo de vida actual, muchas son las celebrities que han viralizado lo que se ha denominado 'sleepmaxing', que propone dormir un gran número de horas al día, maximizar el sueño, algo que el doctor considera igualmente peligroso. “Forzar al cuerpo a dormir más allá de lo que necesita altera los ritmos circadianos naturales, y obsesionarse es una mala idea que también puede dañar nuestro bienestar”.
Higiene del sueño: no sólo es cuánto, sino cómo dormimos
Existen más de cien trastornos del sueño clasificados por los expertos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que padecen un gran número de ciudadanos en nuestro país, que arrastran también enfermedades que interfieren en su descanso. Si no descansamos convenientemente por la noche, que es cuando nuestro organismo se resetea para estar a punto al día siguiente, ese cansancio vital se va a ir acumulando hasta desencadenar serios problemas de salud.
Según (preocupantes) datos que pone de manifiesto la SEN, casi la mitad de la población adulta española (48%) carece de un descanso de calidad. Asociado a ello, más de cuatro millones padecen algún tipo de trastorno crónico grave, a pesar de que sólo está diagnosticado un 10 por ciento de ellos. Y es que un descanso nocturno adecuado es necesario para mejorar el estado de ánimo, la concentración y la memoria, en el plano mental, y también el correcto funcionamiento de riñones, hígado y corazón.
La revista científica Sleep ha hecho público un metaanálisis en el que destaca la estrecha relación entre el empeoramiento de la edad biológica (que se mide a través del acortamiento de los telómeros –secuencias especiales del ADN–) y la reducción crónica de las horas de sueño así como la mala calidad de éste. En palabras del doctor Mera, “dormir poco y/o mal va a tener consecuencias inevitables en los años que viviremos, y también en el desarrollo de nuestro envejecimiento y calidad de vida”.
Los nuevos 'inventos' para dormir bien y vivir más años, según el doctor Mera
Conscientes de la importancia del sueño en nuestra salud física y emocional, muchas son las personas que se han apuntado a la moda de los dispositivos que prometen el descanso adecuado, como pueden ser las lámparas de luz que inducen el sueño, por ejemplo. En este caso concreto, el experto en longevidad señala que “estos aparatos son útiles para regular el ritmo circadiano, especialmente en personas con trastornos del sueño o aquellas que trabajan en turnos nocturnos. Sin embargo, no deben usarse sin control porque la exposición a luz brillante por la noche podría suprimir la producción de nuestro organismo de la melatonina, interfiriendo en la calidad del sueño”.
Vicente Mera añade, sobre el uso de estos dispositivos novedosos, que “se recomienda usarlos por la mañana o durante el día durante media hora y a unos 40-50 centímetros de distancia, con el objetivo de sincronizar el reloj biológico. Eso sí, no son recomendables para personas con migrañas o cierta fotosensibilidad”.
Otra posibilidad de reciente aparición son los relojes inteligentes capaces de monitorizar nuestro sueño. “Estos dispositivos también podrían ser útiles para analizar nuestros patrones generales de descanso, aunque no son cien por cien precisos. Como herramienta complementaria están bien, pero en ningún caso existe ningún invento capaz de sustituir el diagnóstico médico. Además, con estos aparatos corremos el riesgo de obsesionarnos con monitorizarlo todo, lo que nos genera ansiedad y, como consecuencia, empeoraría nuestro sueño”.
Conocemos la melatonina para dormir pero, ¿qué otros neutracéuticos funcionan?
Todos conocemos la eficacia de los suplementos de melatonina en lo que se refiere a los trastornos del ritmo circadiano de sueño-vigilia, que nos ayuda a descansar, por ejemplo, con el jet-lag, el estrés crónico o los estados de ánimo bajos. Pero, además de este complemento, existen otros neutracéuticos que pueden ayudarnos a inducir el sueño según enumera el doctor.
“Hablamos del magnesio, que relaja el sistema nervioso y debe tomarse una o dos horas antes de irnos a dormir. Pero también son eficaces para el buen descanso la valeriana, la pasiflora, la lavanda o la manzanilla, hierbas relajantes por excelencia”. Más desconocida es la ashwagandha, planta capaz de mejorar la respuesta al estrés, o la amapola de California, con efectos hipnotico-sedantes que mejora la respiración.
Con las preocupantes cifras de ciudadanos adultos con problemas de sueño, la suplementación se ha revelado como un potente aliado, más allá de la la melatonina, una hormona antioxidante y con muchas propiedades fisiológicas. La melanina se secreta por la noche para inducir el descanso nocturno y que a partir de los 35 años nuestro organismo comienza a producir en menor cantidad.
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