La psicología sugiere que dar las gracias a los coches con la mano al cruzar la calle es característico de estas personas
Las prisas y el ajetreo del día a día hace que muchos gestos banales pasen prácticamente desapercibidos. Sin embargo, algunos de ellos realmente están cargados de significado y podrían darnos mucha información sobre aquellas personas que los hacen habitualmente. Entre todos ellos, una de las situaciones más comunes es la que se produce cuando alguien que espera para cruzar un paso de peatones, levanta la mano como forma de agradecimiento a los coches que le han dejado pasar.
Aunque en la carretera parece que la buena educación y la amabilidad son algo extraordinario, diversos estudios en psicología explican que los gestos de agradecimiento benefician tanto a quien los recibe como a quien los da.
Más positividad y menos estrés
Según los expertos, las personas que dan las gracias con la mano a los coches tienen una visión más positiva del mundo, lo que hace que en general gocen de una vida mucho más satisfactoria. Cuando estos actos públicos se llevan a cabo de forma frecuente, se refuerzan las conexiones entre las personas, incluso aunque se trate de dos desconocidos.
Por otra parte, la atención plena es una de las prácticas que más se ha promovido en los últimos años, como una forma de estar presentes en el "ahora". Uno de los ejemplos más evidentes es el agradecimiento de un peatón a un conductor, ya que implica estar muy atentos a lo que ocurre a tu alrededor. Gracias a estas actuaciones es más fácil disfrutar de la vida y reducir los niveles de estrés.
Otras características
Estrechamente relacionado con lo anterior está la capacidad de empatía, una habilidad clave para que la convivencia en sociedad funcione correctamente. Es muy probable que las personas que reconocen este gesto de los que van al volante, también hayan sido conductores en algún momento y comprenden que se trata de un pequeño esfuerzo que se hace por los demás.
Un gesto aparentemente insignificante que demuestra que se trata de personas pacientes. Tomarse un par de segundos para valorar a los demás permite reducir un poco el frenesí del día a día.
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